Vale, ayer hicimos historia.
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Todo el país vibró como nunca, teníamos ganas, lo veíamos venir. El calor durante la tarde se hacía insoportable y aunque mis amigos y yo buscamos un local alternativo a las masas de Colón, todo estaba hasta las patas de gente y no hubo manera de evitar tanto "calor humano". Pero era parte del encanto, de las jornadas mágicas y memorables, de aquellas que se han incrustado ya en nuestra memoria y no olvidaríamos nunca aunque tuviéramos amnesia total. Podemos decir que estuvimos allí, que lo vivimos, que nos emocionamos todos juntos, que nos dejamos arrollar por esa ola de satisfacción masiva e incontrolable, el sentimiento de que por fin obteníamos nuestro justo premio. Ayer, todo era parte de la magia.
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O casi todo.
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Ciertamente, nada tiene de mágico ni de especial aprovechar la euforia desatada para convertir Madrid en poco menos que una ciudad sin ley, comportarse como auténticos animales y destrozar cuanto pilles por delante. Nada más terminar el partido, el ambiente en la Glorieta de Bilbao era espectacular. La fuente invadida de gente, todos gritando, todos celebrando. Me sentía tentado de unirme a ellos, pero algo me frenó.
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De repente, te das cuenta que un grupo de retrasados mentales, unos niñatos sin media hostia ni agallas fuera del grupo, se dedicaba a celebrar la victoria atacando a cuanto coche tuvo la desgracia (y/o torpeza) de pasar por ahí. Con mis propios ojos ví cómo se subían en los coches, los pisaban, los abollaban, abrían las puertas, atemorizaban a sus ocupantes e incluso la emprendían directamente a patadas con el primer coche/taxi que intentaba seguir su camino.
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Mis amigos, en Bilbao y en Sol (donde pasaron cosas parecidas) me decían que muchos eran inmigrantes (que me lo expliquen); los que yo ví eran desde luego críos de mierda muy pero que muy españolitos.
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Y me parece vergonzoso que las autoridades (delegación del gobierno incluída) no hubieran previsto un mayor despliegue policial.
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España es campeona de Europa. Aunque yo ayer ví demasiados campeones de mierda.
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