Frente a la crisis: empleo, inversión pública y protección social

En un momento en el que la cifra de parados ha alcanzado los cuatro millones y el PIB ha experimentado su mayor caída en 50 años, las tradicionales movilizaciones del Primero de mayo tienen por pura lógica un contenido reivindicativo aún más acentuado. La precariedad laboral, más alta que nunca, y las abiertas amenazas de la patronal y de la derecha política y mediática contra las conquistas del Estado de Bienestar hacen aún más urgente la necesidad de cambiar el actual modelo productivo. Frente a las cínicas voces que, ignorando su clarísima responsabilidad en la crisis actual, reclaman abaratar el despido o reducir las pensiones, debemos apostar por una mayor protección social, un aumento del gasto público y una mayor inversión en I+D+I. Buscar un modelo de crecimiento que apueste sin tapujos por el desarrollo sostenible, las energías renovables y el empleo de calidad. Y hacerlo no sólo desde Madrid, sino también (y esto es inevitable) desde Estrasburgo. Por eso debemos votar el 7-J.

A aquellos que interesadamente acusan al Gobierno de inacción, de pasividad ante la crisis, les pediría un poquito de rigor y de responsabilidad política. Que ahora más que nunca, recuerden que deberían estar en política para servir al pueblo y no al revés... Otra cosa es que dichas medidas no hayan sido suficientes para paliar los efectos de esta crisis internacional, agravada aquí por el más que previsible estallido de la burbuja inmobiliaria. Hace falta un plan valiente y, a ser posible, consensuado que nos ayude a recuperar capacidad productiva y adquisitiva, y por supuesto nunca a costa de la protección social. No me cabe ninguna duda de que las recetas neoliberales, causantes de esta crisis, no son desde luego las que necesitamos para salir de ella. Pero también creo que el Gobierno ha de ser valiente y acometer reformas estructurales que cambien el panorama y nos protejan frente a crisis futuras. Un 17% de paro no es asumible para nadie.

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Siempre se viven las cosas de diferente manera cuando estás en el extranjero. Especialmente en días como éste, Primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores. De camino al trabajo me puse en el coche el CD de Tierra y Libertad, la película de Ken Loach sobre la Guerra Civil española. Busqué el fragmento de la Internacional y lo escuché varias veces... No puedo evitar que se me pongan los pelos de punta cuando lo escucho. Y hoy, quizá por la distancia, se me humedecieron los ojos. Arriba ese ánimo, compañeros. ¡Y a seguir luchando!
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(Foto EL PAIS)