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Este proceso depurativo que está dándose en las filas del Partido Popular (junto con una poco disimulada lucha sin cuartel por el poder presente y futuro) es de agradecer por un simple y puro sentido de decencia política. Porque, como quizá diría el capitán Alatriste, no es lo mismo batirse con gente de honra que con la canallada de puerto, sin honor y sin palabra. Y la renovación que parece estar teniendo lugar nos beneficiará sin duda a todos y saneará el ejercicio diario de la política. Unos acontecimientos que debieran de haber ocurrido hace cuatro años, que llegan con retraso pero que llegan, y aunque no puedo esperar que la decencia llegue al mínimo de pedir perdón por tanta bazofia, es al menos un alivio indescriptible que nos prive de su presencia en los titulares de cada día.
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Queda ahora la duda de si estos cambios conllevarán también otro estilo de hacer política que deje a un lado la calumnia, la confrontación y la mentira como instrumentos de acción política. ¿Sabrán los nuevos responsables (a pesar de Mariano) actuar con la responsabilidad necesaria? ¿De veras serán capaces?
Queda ahora la duda de si estos cambios conllevarán también otro estilo de hacer política que deje a un lado la calumnia, la confrontación y la mentira como instrumentos de acción política. ¿Sabrán los nuevos responsables (a pesar de Mariano) actuar con la responsabilidad necesaria? ¿De veras serán capaces?
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Y mira que yo ahora veo a Gallardón como sucesor de Acebes... ¿Os imagináis la pataleta marujona de Aguirre?
1 comentario:
Por muchos cambios que hagan, Rajoy sigue ahí...Eso, me da pena ver como personas de la talla de Zaplana se vayan de PP.
Por favor, que no vuelva a la Comunidad Valenciana que no queremos otro Terra Mitica!
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