martes, 24 de marzo de 2009

CARTA A MI PADRE

Hola papá,

Esta noche se cumple ya -quién lo dijera- un año desde que nos dejaste. A veces, en la distancia, me parece imposible que no estés con nosotros, y que cuando vuelva a casa en verano no podré visitarte en Laguna, comer contigo, charlar, ver la tele o sacar a pasear juntos a Athos. Llevo tanto tiempo fuera de Pucela que a veces tengo la sensación de que en realidad sigues ahí, sobreviviendo, a la espera, pintando y disfrutando de esas reuniones familiares que tantas veces me he perdido por vivir tan lejos de vosotros. Sé que es una ilusión y sin embargo me resisto a creer que te has ido; es una verdad fría y dura pero parte de mí halla consuelo en pensar posible lo imposible.

Siempre lo he dicho. En este país, tan alejado del calor de todos vosotros, aprendí a convivir y hasta disfrutar de la soledad. Me acostumbré a teneros tan sólo al otro lado del teléfono, a vivir con vosotros en el pensamiento, a sabiendas de que era un precio que tenía que pagar por la decisión de cruzar el charco. Siempre lo he dicho, esta vez mi situación es diferente porque tengo la suerte de vivir rodeado de un buen grupo de amigos, aunque la soledad me reconoció nada más cruzar la aduana y se ha ido instalando, poco a poco, en un rinconcito de mi casa, y me abraza por sorpresa de vez en cuando, y una nube cruza por mi cabeza.

En uno de esos rincones que me gustaría tanto que pudieras ver, tengo una bonita chimenea, negra con una repisa y molduras blancas alrededor. Para qué te voy a engañar, la verdad es que es un poquito prefabricada, pero qué quieres que te diga. Es mi primera chimenea y me gusta... A veces, cuando la compañía es agradable, pongo uno de esos troncos preparados que compras en el supermercado y que sirven para hacer un fuego que dura por unas pocas horas. Seguro que te gustaría...

Ahí, en la repisa, tengo varias fotos, retazos de mi vida y de mi corazón que hacen mi piso un poquito más acogedor. Entre ellas, aunque eso ya lo sabes, estás tú. Me miras sonriente desde esa instantánea que te tomaron el día que se casaron Miguel y Marta, un recuerdo que se ha quedado congelado en el tiempo y que prefiero recordar antes que verte de nuevo postrado en aquella cama de hospital, aquella noche maldita cuyos minutos están grabados para siempre en nuestra memoria. Cuántas veces te miraré desde el sofá, cuántas veces me apoyaré en la repisa para mirarrte y sentirte más cerca, cuántas veces desearé verte entrar en el salón sonriendo como si no hubiera pasado nada. Como si aún pudiera despertarme y descubrir que ha sido tan sólo la peor pesadilla de mi vida.

Te echo tanto de menos... Gracias por todo, papá. ¿Te lo dije alguna vez? Gracias por traerme al mundo, gracias por tu cariño, gracias por todo tu trabajo. Gracias por darme estos ojos que han visto ya unas cuántas cosas, por los grandes y los pequeños momentos, por tu apoyo, por estar ahí. Gracias, papá.

Dejo divagar a mi mente y me devuelve instantes que hoy se me antojan pequeñas perlas que guardo con ternura. Me gusta recordarte en multitud de detalles, adelante y atrás en el tiempo, en nada importante, vestido de día a día... Te recuerdo, siendo yo niño, saliendo a tomar el vermut los domingos por Valladolid, cuando yo nunca estaba contento si no íbamos a tomar unas raciones a La Sepia. Te recuerdo haciendo arroz en tu casa, a tu manera, en una sartén y no en una cacerola, de la misma manera que sigo haciéndolo hoy y que seguiré haciéndolo hasta que me muera. Imágenes sueltas de cuando vivíamos en la Comandancia, el día de mi comunión, en casa de Luis y Ana cuando hiciste calimocho con un Ribera de Duero (¡¡por favor!!), las comidas en el Mannix, los huevos Kinder gigantes que os regalé a la tía y a tí, los roscones de reyes cada 6 de enero por la mañana, la bronca que me echaste cuando me cargaron dos al terminar 7º de EGB (¡y eso que el año anterior habían sido cuatro!), las vacaciones en Torrevieja y Torredembarra, las camisetas de CATOR que llevaba ese verano, tantas navidades en casa de la abuela Nana. Son tantos y tantos instantes que sólo siento no haber podido disfrutarte más antes de que te fueras.

"La experiencia es la historia de nuestros fracasos", me dijiste un día, y cuántas veces habré contado esa anécdota a mis amigos. Porque lo bueno no nos deja tanta huella, pero cuando algo malo nos ocurre, se nos queda clavado en el alma y procuramos que no nos vuelva a suceder. Quizá diría ahora que no sólo de tus fracasos, sino también de los golpes que te llevas. De tus tropiezos, de cada vez que te caes y luchas por volverte a levantar. Maldita sea la experiencia que te llevó tan lejos. Maldita sea.

Me gustaría creer para pensar que allí, donde quiera que estés, te das cuenta de que ahora escribo estas líneas y que puedes leerlas. Pero aunque no crea, aunque tan sólo sigas vivo en nuestros recuerdos y eso a tí no te arregle nada, te puedo asegurar que mientras andemos por este mundo vas a seguir todo lo vivo que se pueda.

Un beso, papá.

lunes, 23 de marzo de 2009

Participación Ciudadana

Después de unos pocos años en Estados Unidos -estuve de 2002 a 2005 en Connecticut y llegué el año pasado de Madrid a Virginia-, creo tener una idea formada acerca de unas cuantas cosas sobre este país. La primera de ellas es que no debemos dejarnos llevar ni por los prejuicios ni por las ideas preconcebidas, que hay cosas que son tal cual las hemos visto en las películas pero también hay otras muchas que distan mucho de ser así. Hay personas que no tienen ni idea de dónde está España (o Chile, que como dije el otro día un alumno mío me preguntó si estaba en España), pero no es la norma. Los americanos están muy orgullosos de ser ciudadanos de este país y son más patriotas (o quizá patrioteros) que ninguno, pero yo he encontrado a americanos con los que poder hablar tranquilamente de la tradición imperialista de su país y poner a parir a su presidente (Bush hijo). Eso sí, has de conocerlos primero. Que a nadie le gusta que se metan en la cocina de uno y le empiecen a tocar las narices.

Daría para mucho, desde luego. Pero una de las cosas que me sorprende gratamente es el nivel de madurez democrática del que hacen gala. Son perfectamente conscientes de sus derechos y deberes, y no dudan en organizarse para luchar por lo que ellos consideran justo. La participación ciudadana, empezando por la propia comunidad donde uno vive y terminando por su involucración en la vida política del país, alcanza unos niveles que ya quisiera yo ver en España. Madres y padres participando activamente en la vida académica de sus hijos (a veces, he de reconocerlo, demasiado, pero de eso hablaré otro día); organizando desde lavados de coche hasta ventas de dulces para recaudar fondos; atendiendo el puesto de bebidas en los partidos de fútbol americano del instituto o aprobando el presupuesto anual (que en muchos sitios se somete a referéndum).

La participación ciudadana empieza en el mismo corazón de su propia comunidad, y afecta a cualquier aspecto de su vida cotidiana. Hasta los representantes en el Consejo Escolar son elegidos electoralmente, al igual que los congresistas o los senadores.

En España, cuando se quiere llevar una iniciativa legislativa al congreso, hay que recoger al menos 50.000 firmas. En Estados Unidos, una república federal, las cosas funcionan de diferente manera. Bien sea para cuestiones relacionadas con la escuela, dentro de la comunidad, o para cuestiones de carácter local, regional o nacional, uno puede involucrarse de distintas maneras. Para empezar, puede contactar con su senador o su congresista, sí, el suyo, el que ha sido elegido en su distrito y que se debe a sus electores. Puede escribirle (cosa que también se puede hacer en España, pero seamos realistas, nada saldrá nunca de eso) o llamar a su oficina por teléfono, con la esperanza de promover una acción social lo suficientemente significativa como para que su representante democráticamente elegido reaccione ante la demanda popular. A veces funcionará y otras veces no, pero desde luego se hacen escuchar.

En las elecciones de noviembre pasado, se produjo una movilización popular (lo que aquí llaman grassroots movement) en favor de Obama que no tenía precedentes. Se formó una gigantesca red de voluntarios que colaboraban desde casa, desde un call center o yendo puerta a puerta. Por internet, se recaudó más dinero para la campaña como nunca antes, cada uno aportando lo que buenamente quería o podía. Organizaciones como MoveOn.org trabajaban y trabajan para concienciar a los líderes de las necesidades del planeta. Y aún hoy, sigo recibiendo e-mails informativos o llamadas de teléfono con mensajes pidiéndome que contacte con "mi senador", urgiéndole a que apoye el presupuesto elaborado por Barack Obama en estos tiempos de crisis.

España es diferente. Hay organizaciones ciudadanas, por supuesto, y representantes políticos a los que reclamar, pero ni nosotros mismos nos creemos que valga para algo. Amén de que, si te involucras en política, muchos te miran como si hubieras hecho un pacto con el diablo.

Mientras que muchas decisiones locales o estatales son aquí sometidas a referéndum con completa naturalidad, en España eso nunca sucedería. Participación ciudadana en la escuela, en la ciudad, en los deportes, en el gobierno del país. Y honorabilidad. En Estados Unidos, cualquier representante electo habría dimitido de verse salpicado por la mitad de corruptelas que vemos cualquier día en España. Pero, si dimitir por responsabilidad política no es muy común, si el político en cuestión tiene carnet del PP eso se torna ya casi imposible.


domingo, 22 de marzo de 2009

DESHOJANDO LA MARGARITA EN EUSKADI

Desde que el pasado 1 de marzo los resultados de las elecciones autómicas en Euskadi abrieran la posibilidad de un verdadero cambio político en la región, las distintas fuerzas políticas han estado deshojando la margarita acerca de quién será el próximo ocupante de la Lehendakaritza.

Pase lo que pase al respecto, parece evidente que la pérdida de la mayoría nacionalista en el parlamento vasco frenará la continuidad de la política soberanista de Ibarretxe. Y mientras que es cierto que el PNV fue el vencedor de las elecciones con un 38,56% de los votos y 30 escaños (frente a un 30,71% y 25 del PSE-PSOE), no deja también de serlo que el equilibrio parlamentario ha cambiado radicalmente y que el PNV carece de los apoyos necesarios para investir a su candidato. Y esto no significa, como han sugerido Urkullu y el PNV, que se vaya a producir un "golpe institucional" o que hayan sido unas "elecciones tramposas". Es ciertamente muy peligroso que el PNV se embarque ahora en una dinámica -esa sí- desestabilizadora cuestionando la validez de las elecciones y amenazando poco menos que con el apocalipsis si el PNV es desalojado del palacio de Ajuria Enea.

Es peligroso por muchas razones. Patxi López nos recordaba hace unos días que la nuestra es una democracia parlamentaria, no presidencialista, y que por lo tanto es el parlamento el que, en virtud de la representatividad ganada en las urnas, apoya a un determinado candidato para que sea el Lehendakari. Es además hipócrita porque ese mismo sistema hace que el PNV gobierne las diputaciones de Guipúzcoa y de Álava, siendo en ellas la segunda y tercera fuerza política, respectivamente. Es, por último irresponsable por cuanto cuestiona el Estado de Derecho que protege el correcto y demócratico funcionamiento de nuestra sociedad.

Es sucio y rastrero que Urkullu, en los días previos, intente ensuciar las legítimas aspiraciones de cambio que el PSE-PSOE quiere traer a Euskadi. Y lo es más que sugiera pactos con Batasuna para "echar" al PNV de Ajuria Enea. Irónico por cuanto además ellos fueron quienes en los últimos diez años han seguido una política abiertamente soberanista, y gobernado con el apoyo de Batasuna (que, tras la tregua de ETA, obtuvo 14 escaños en las elecciones autonómicas de 1998). Como nos recuerda Ramón Jáuregui en este artículo de opinión, un año y medio después los amigos del grupo que apoyaba a aquel gobierno asesinaban al jefe de la oposición socialista en el Parlamento vasco.

Recomiendo leer el interesantísimo análisis que hace, proponiendo un excelente ejercicio de memoria respecto a la política vasca en los últimos veinte años. Cuando Urkullu acusa al PSE-PSOE de frentista, quizá debiera recordar cómo en 1986 el PSOE, ganador en aquellas elecciones, cedió la Lehendakaritza para poder traer un gobierno más plural y tolerante a Euskadi. Y los pactos de gobierno se han repetido muchas veces después.

Coincido con el señor Jáuregui en que la más que posible alternancia política que se va a producir como consecuencia de las elecciones del 1-M no sólo es legítima sino del todo recomendable.

Y frente al análisis de Otegui, poco más que añadir. Las reivindicaciones independentistas tienen su sitio, como no podía ser de otra manera, en un estado democrático como el nuestro. Pero dichos objetivos han de perseguirse por cauces exclusivamente políticos, como hace Aralar (que ha subido de uno a cuatro escaños). Nunca apoyándose en el terrorismo. Y en ese sentido, y hasta que se me demuestre lo contrario, estoy de acuerdo con la Ley de Partidos en base a la cual se han ilegalizado las fuerzas políticas asociadas con ETA.

Un saludo y un apoyo al compañero Patxi López.

lunes, 16 de marzo de 2009

Obama "el socialista" y los impuestos

Aviso a navegantes: lo que voy a contar es verídico. El otro día, mientras mostraba a mis alumnos de Ashburn, Virginia un documental titulado "Travelers: South America", sobre costumbres y tradiciones en varios países del continente, un alumno se volvió hacia mí y me preguntó:
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- ¿Señor Meneses, Chile está en España?
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El absoluto estupor en mi cara precedió a mi respuesta -por lo demás, bastante escueta-.
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No hace demasiado tiempo, cierta prensa americana tildaba a Obama de "socialista" por, entre otras cosas, proponer una subida de impuestos a las rentas más altas.
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El primer caso es una flagrante muestra de ignorancia, el segundo es además una muestra de cinismo y de falta de memoria.

Ya lo dije antes en este blog: hay que dejar claro, de entrada, que muchos americanos no son capaces de diferenciar comunismo de socialismo, y que ambos están asociados en el subconsciente colectivo a la idea de antiamericanismo. Sí, Obama NO es un socialista, pero es evidente que los objetivos de su programa de gobierno marcan una diferencia abismal con respecto al partido republicano, y es lo suficientemente cercano a nuestros principios como para considerarlo un amigo. Sin duda es una pena, no obstante, que Obama no haya aprovechado la ocasión para, amén de clarificar que "no es un socialista", explicar que lejos de ser malo, el socialismo de muchos países europeos ha realizado grandes aportaciones para el progreso de sus respectivos países (sin ir más lejos, España).
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Pero vayamos al grano.
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Como decía, la prensa americana ha estado obsesionada con el plan del presidente Obama de retirar la bajada de impuestos que George W. Bush otorgó a las rentas más altas (del 39.6 al 35%), e incluso sugiriendo que eso le convertía en socialista. Pero ¿sabéis cuanto pagaban los americanos más ricos del país al final de la presidencia de Ronald Reagan? Un 50%.
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¿Y que hay de Nixon y Dwight Eisenhower, ambos también presidentes republicanos? ¡¡Pues un 70 y un 91%, respectivamente!! Sorprendente, ¿verdad? Con toda la polémica que se ha montado aquí sobre la política fiscal de Obama, lo cierto es que los americanos más ricos aún pagarán mucho menos con él de lo que pagaban con Nixon o Eisenhower (ver ilustración).

A pesar de tanto lloriqueo, conviene recordar que el plan de Obama supone una rebaja de impuestos para el 95% de los americanos, amén de cerrar resquicios legales que las compañías petrolíferas, las grandes corporaciones y los denominados "hedge funds" (fondos de inversión libre) usaban para pagar menos impuestos.

En todo caso, si hubiera que cambiarlo yo desde luego subiría aún mas los impuestos a las rentas altas... Que sinceramente un 39,6% no me parece en absoluto excesivo. Para que tengan algún motivo más de queja.


miércoles, 11 de marzo de 2009

CINCO AÑOS DEL 11-M

Hoy se cumple el quinto aniversario de los ataques terroristas del 11-M en Madrid. Cinco años desde que 192 víctimas inocentes dejaran su vida en aquellos trenes. Víctimas de la sinrazón, del fanatismo, la crueldad, el desprecio, la rabia, el orgullo y la mentira. Hoy quiero recordar, como lo hacen multitud de medios y desde esta pequeñísima tribuna, a todos los que murieron y a las víctimas que siguen despertándose cada día sufriendo la consecuencia de aquellos ataques.
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Hoy quiero recordar a Pilar manjón y a los miembros de la "Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo", muchos de los cuales pasan hoy por una situación mucho más que precaria, y me gustaría que las instituciones les prestaran más apoyos de los que tienen.
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Quiero expresar mi más enérgica repulsa a cualquier tipo de violencia o terrorismo como vehículo para alcanzar reivindicación alguna, y confirmar mi absoluta confianza y respeto (lo que en conciencia no pueden decir otros) en los mecanismos del Estado de Derecho. Mi recuerdo, también, para las últimas víctimas del terrorismo en Irlanda del Norte a manos del llamado IRA-Auténtico.
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No me gusta, he de decirlo, que el PSM haya estado ausente de los actos ofrecidos en la Comunidad. Independientemente de que Tomás Gómez haya estado en el acto con los sindicatos y vaya a estar en la estación de El Pozo... Simplemente hoy no era día de confrontaciones.
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Y como parte del homenaje, no quiero terminar sin recordar, porque nunca debemos olvidarlo, que hubo muchos que mostraron su más absoluto desprecio por las víctimas, por la democracia, por el Estado de Derecho, por la Justicia y por la libertad: medios de comunicación como la COPE y El Mundo y partidos políticos como el PP, culpable desde muchos puntos de vista y cuyas conciencias están manchadas de sangre.
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viernes, 6 de marzo de 2009

MI SUEÑO VASCO




Estos días mientras la Alta Política se encuentra haciendo sumas y restas de cara a elegir al próximo Lehendakari, yo me encuentro despertando del sueño vasco.

Han sido apenas cuatro días llenos de cariño, alegría, abrazos, temor y sobre todo ilusión; hoy con el paso de los días no cabe más que calificarla como una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida.

Bergara, es un pequeño pueblo industrial situado en el Alto Deva, con un casco antiguo fantásticamente conservado, lleno de bellos palacios y elegantes mansiones que nos dejan entrever la grandiosidad que un día tuvo. Pero Bergara es además tristemente conocido por ser la cuna de la organización terrorista ETA. Desde hace unos días tiene también sitio especial en mi memoria.

A lo largo del fin de semana he conocido una forma de hacer política -política con minúsculas, como la que hacemos desde aquí- ni mejor ni peor, tan sólo distinta. La diferencia se debe a muchos factores pero sobre todo a uno, al miedo. Durante esos días, miedo, fue quizá la palabra más repetida; miedo, miedo al de al lado, al vecino, a veces incluso al amigo, al conocido y al desconocido; sin embargo la conclusión es la misma que allí el miedo es muy libre, cada uno lo vive de manera diferente y, pocas cosas hay tan duras como vivir con temor, porque nos roba la libertad.

Durante estos días conviví con un grupo de compañeros, militantes de la agrupación de Bergara, una Agrupación pequeña, tan sólo diecinueve militantes, pero que hace cosas muy grandes. Fijaos, esas 19 personas han conseguido incrementar más de un 30% el número de votos respecto a las anteriores elecciones, vaya, todo un logro. Un logro porque detrás de esos datos numéricos hay 308 personas que han cambiado su voto y, recordemos que no se puede extrapolar, recordemos que allí los ciudadanos tienen miedo, miedo a expresarse, a pasear, a mirar y, sobre todo miedo a votar.

Los compañeros de Bergara tiene una magnífica Casa del Pueblo con una capacidad para mucho más que 19 personas, que es bastante más que una agrupación, es un lugar de encuentro a cualquier hora, un lugar donde hacer política, leer el periódico, charlar y tomarse esos vinos que con tanta dulzura nos sirve Vanesa. Al frente de todo está su motor que se pone en marcha cada día y que, creerme, se mantiene bien engrasado. Se trata de Javier Cendoya, Javi es Secretario General de la Casa del Pueblo de Bergara desde el año 1982 y fue concejal sin escolta durante 12 años, los años en los que ser concejal en Euskadi era de lo más peligroso que había.

Javier es un hombre y un compañero fantástico que, como os decía con trabajo y dedicación absoluta, ha conseguido incrementar el voto en más de un 30%, Javier abre la agrupación por las mañanas y la cierra por las noches, dedica su vida y su tiempo al partido, a la agrupación y a sus militantes todo ello no sin cierto temor tal y como él mismo me confesaba.

Junto a él tiene un grupo de compañeros que le ayudan y le apoyan, que crean el partido socialista en Bergara junto a él, me gustaría destacar a tres, Francisco, Mari Carmen y Javier, personas y compañeros íntegros.

Pero en estos días no sólo estuve rodeada de compañeros, también de escoltas. No hubo ni un solo minuto que no nos acompañasen las personas que velan por la seguridad de nuestros compañeros y, es que allí ser concejal te cambia la vida, no por el reconocimiento social y económico, muy al contrario, el sueldo es poco más de 300 euros y el reconocimiento es que te pueden pegar un tiro en cualquier momento. Te cambia la vida porque dejas de ser Tu y hacer lo que quieres y empiezas a ser Tu y tu escolta y a hacer lo que puedes. Me comentaba Mari Carmen que ella ha dejado de echar la primitiva y bajar a comprar el pan, es más, estando allí hubo una noche que no pudimos cenar juntos en un bar debajo porque los escoltas se habían ido y le daba apuro hacerles volver.

En fin, siento haberme alargado tanto, pero creo que estos compañeros se merecían mi pequeño homenaje, que menos que dar a conocer quienes son, como viven y lo que hacen, porque desde aquí, sólo puedo decir gracias compañeros, gracias por ser como sois, hacer lo que hacéis y sobre todo gracias por vuestro cariño.