jueves, 10 de abril de 2008

Sobre Independencia y Justicia

Como era previsible, los grupos parlamentarios no dieron su apoyo mayoritario a la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, y habrá de esperar al día de mañana, cuando la segunda vuelta de votaciones le proclame presidente por mayoría simple.
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Creo sinceramente que el Partido Socialista ha optado por la opción correcta. Tanto por mantener su independencia y no hipotecar la acción de gobierno por un mero apoyo en la sesión de investidura, como por huir del tremendo desgaste que en la anterior legislatura supuso el Estatut de Cataluña. Sí, hubiera quedado bien, pero su importancia es muy relativa.
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LA REFORMA DE LA LEY ELECTORAL, CLAVE
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También habría -y eso es harina de otro costal, pero mucho más importante- que reducir considerablemente el peso de los partidos nacionalistas en Madrid. Y que nadie se lleve las manos a la cabeza: es una simple cuestión de lógica. ¿Es acaso justo que siempre que no haya mayoría absoluta sean ellos la bisagra de un gobierno nacional? Por muchos votos que consigan en Cataluña, Galicia o el País Vasco, no considero que un sistema que les da tanta relevancia en Madrid sea justo para el resto de España. Como no lo es que Izquierda Unida, con casi un millón de votos, haya obtenido una representación tan pírrica en el Congreso. Desde cualquier punto de vista moral, eso es simplemente adulterar la voluntad del pueblo.
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Decía Llamazares hace algunas semanas que no habría apoyo al PSOE si, entre otras cosas, no se daba un acercamiento programático y el PSOE se comprometía a realizar una reforma de la Ley Electoral. Pues miren ustedes, no es porque lo diga Llamazares: pero en este punto tiene toda la razón. Este sistema está bien para las locales y autonómicas, pero para elegir a nuestros representantes en el Congreso de los Diputados es imprescindible un sistema que garantice la representatividad más fiel posible de la voluntad popular en número de votos, independientemente de dónde se hayan formulado. Un gobierno progresista y socialista, republicano en espíritu y justo y solidario en su gobierno, no puede ni debe mirar para otro lado. José Luis, la reforma de la Ley Electoral debe pues ser una prioridad en esta legislatura, y sería una profunda decepción que no la abordaras. Por justicia.

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