martes, 23 de marzo de 2010

Obama saca adelante la reforma sanitaria... Incompleta, pero histórica

Diplomacia, capacidad negociadora, carisma... Pero sobre todo y ante todo, la visión y la perseverancia de un hombre, Barack Obama, han sido fundamentales para sacar adelante la reforma del sistema de salud estadounidense -su gran apuesta electoral-. Una reforma que, sin llegar a ser universal -no olvidemos que deja fuera a por lo menos 15 millones de inmigrantes irregulares-, supone un avance histórico en la sociedad del individualismo y el capitalismo salvaje. Cuatro presidentes lo habían intentado anteriormente: Truman (1945-53), Lyndon B. Johnson (1963-69), el republicano Richard Nixon (1968-74) y Bill Clinton (1993-2001). Ninguno pudo superar las dificultades. Nadie, salvo este hombre que parece marcado por el destino.

No quiero parecer mesiánico en lo que respeta al actual inquilino de la Casa Blanca. Algunas de las cosas que ha hecho (o dejado de hacer) son y serán criticables. E incluso dentro de esta reforma sanitaria que se dispone a firmar en las próximas horas, la resistencia de parte de sus propias filas le ha obligado a renunciar a algunos puntos clave incluídos en el documento original: la creación de un seguro público opcional (public option) al estilo europeo quedó descartada hace tiempo, y ayer mismo un grupo de congresistas demócratas antiabortistas, liderados por Bart Stupak, consiguió arrancar un acuerdo según el cual no se usarán fondos federales para practicar abortos.
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Debemos recordar que estamos hablando de los Estados Unidos y no de Europa, donde los estándares de justicia social y las conquistas del Estado de Bienestar son radicalmente diferentes. Hablamos de un país donde el individualismo y la meritocracia son parte sagrada de su propio carácter: si no llegas lejos, se entiende que es responsabilidad exclusivamente tuya; cualquier intromisión por parte del Gobierno es mirada con un recelo extremo. De otra manera sería imposible entender la fiera resistencia republicana a una reforma sanitaria que permitirá a 30 millones de estadounidenses tener un seguro médico del que hasta ahora carecían, y terminará con los abusos por parte de las aseguradoras. A fecha de hoy, por ejemplo, una compañía puede negarse a cubrir a una persona si viene ya con alguna enfermedad (pre-existing conditions) que consideren demasiado onerosa de cubrir, o cancelar tu seguro si sufres una enfermedad de larga duración que les cueste demasiado dinero. Como suena. Cosas de ser born in the USA...

No todos los aspectos de la reforma entrarán inmediatamente en vigor. Las partes más relevantes, como las subvenciones a los ciudadanos con menores recursos y las obligaciones de las aseguradoras para aceptar a todos los enfermos, deberán esperar a 2014. Si queréis tener una idea más precisa, os recomiendo este artículo publicado hoy en EL PAÍS.

En definitiva, una ley que marcará la vida de millones de ciudadanos estadounidenses, y que además abre la puerta a otras reformas de calado como la migratoria, la educativa o la energética.

Un saludo, people :-)
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