Querría hoy compartir con todos vosotros un par de pensamientos indignados; si no estáis muy ocupados os pido me acompañéis... Y para empezar, como no podía ser de otra manera, me solidarizo con el movimiento organizado que hoy, 4 de Octubre, quiere protestar en masa contra la represión de la Junta Militar en Birmania. Una represión de la que la Comunidad Internacional es corresponsable por tolerar lo que ni se plantea en otros territorios donde hay más dinero en juego, y por mirar para otro lado cuando China y Rusia no pasan de muy ligeras condenas que no pongan en riesgo sus intereses comerciales. DA ASCO esa hipocresía del mercado. DA ASCO que los próximos Juegos Olimpicos se vayan a celebran en un país no democrático que demuestra respetar tan poco los derechos humanos. DA ASCO la pasividad y la falta de firmeza de NACIONES UNIDAS, de la OTAN, que se muestran incapaces de actuar. Mejor nos hacemos los indignados y, cuando las cosas se calmen y se olviden los cientos de muertos y miles de detenidos, pues a otra cosa mariposa. Y Occidente ha salvado la cara ante la opinión pública.
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Mi segundo pensamiento es de ámbito nacional (qué palabra ésta tan magullada últimamente), y se refiere al esperpéntico espectáculo judicial que venimos observando los últimos meses. Que, si no otra cosa, al menos ha conseguido que ya casi nadie se crea la bonita fábula de la independencia judicial. Esperpento en el CGPJ; prostitución en el Constitucional, yo me agarro al poder, tú manejas allá y lo haces porque YO te puse ahí. Vocales conservadores, vocales progresistas, y la Justicia que a lo mejor resulta que concluye que tal o cual cosa es válida o si quiera constitucional según quién te toque y no según la filosofía que en verdad dimane de la Carta Magna.
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El primero, pendiente de renovación por la negativa del PP a ceder la cuota de poder que le permite manejarlo a su antojo. Ignorando el proceso electoral cuyo resultado otorgó la responsabilidad de Gobierno al PSOE y que, como consecuencia, debería haber traído un diferente reparto de pesos en el Consejo General del Poder Judicial. En el segundo, presenciamos una encarnizada lucha pública de poder y sonrrojantes recusaciones de magistrados progresistas, para así poder manipular el reparto de tendencias y disponer de mayoría conservadora a la hora de juzgar los recursos de inconstitucionalidad presentados contra el Estatuto Catalán, los matrimonios gays, la ley de dependencia... Y con falangistas incluídos en el Constitucional.
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¿¿Qué espectáculo es éste?? ¿¿No hay ya ni un mínimo disimulo de respeto a las instituciones, al estado LIBRE Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO?? ¿¿Con qué cara y qué argumentos hipócritas van a pretender que aceptemos posibles veredictos contrarios a la constitucionalidad del Estatut, de los matrimonios gays... Cuando para poder tomar esa decisión han vapuleado y violado a la Justicia misma??
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Mirad, no soy yo el experto jurista que diga si éste o aquél punto de una u otra norma es o no constitucional. Pero ese "pacto por la Justicia" que tan cacareadamente proclamaba el PP para luego poner, siempre que se necesitara una renovación, magistrados afines es una burla a la inteligencia democrática de los españoles. Será una chanza insoportable, una decisión marcada por el estigma de la sospecha más oscura y sucia, si estas nada disimuladas manipulaciones del entorno conservador imponen su presencia a fin de rechazar por "supuesta" inconstitucionalidad libertades conseguidas por el Estado de Bienestar.
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Y si eso ocurre, llevaremos la palabra a la calle. Y me quedaré ronco de gritar y de pedir verdadera libertad, verdadera independencia y verdadera JUSTICIA, que debe de estar la pobre en un rincón oscuro y frío, con la venda de los ojos arrancada y la balanza rota y deslucida por los suelos, llorando, en algún sótano bajo llave de Génova, 13.
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